domingo, 6 de abril de 2014

“Sweetest Thing”de U2, el regalo de cumpleaños tardío de Bono a su mujer

“Sweetest Thing”de U2, el regalo de cumpleaños tardío de Bono a su mujer

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“Sweetest Thing”de U2, el regalo de cumpleaños tardío de Bono a su mujer





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Sweetest Thing

Bono
quería conquistar Estados Unidos y cuando lo logró tuvo que
reconquistar a su esposa. Durante la grabación del álbum “The Joshua
Tree”, el cantante de U2 descuidó un compromiso doméstico que le pudo
haber costado el matrimonio. Para salir airoso de la situación compuso
la canción ‘Sweetest thing’.
Después de la publicación del cuarto
álbum de U2, “The Unforgettable Fire” (1984), en la agenda de Bono no
había ningún hueco libre. El 13 de julio de 1985, la banda participó en
“Live Aid”, el macroconcierto organizado por Bob Geldof para recaudar
fondos por África. Después, el cantante viajó hasta Etiopía para conocer
la situación del país de primera mano. A la vuelta, participó en el
proyecto liderado por Little Steven “Sun City”, contra el apartheid de
Sudáfrica, y recibió una clase de blues de la mano de Keith Richards.
Después U2 formaron parte de la gira de Amnistía Internacional, “A
Conspiracy Of Hope”, en junio de 1986, donde recorrieron Estados Unidos
junto a Sting o Peter Gabriel. Tras la gira, Bono viajó con su esposa
hasta Nicaragua y El Salvador. Para él, tanto el viaje a África como a
Centroamérica tenían un significado especial: “Posiblemente hice esos
viajes para alejarme de la idea de convertirme en una estrella pop. En
esos lugares tan lejanos la gente no tenía ni idea de quién era yo y eso
me hacía sentir muy bien. Como estrella pop de los ochenta, era un tipo
muy tímido. Es algo que suele pasarle a la gente en las primeras
oleadas de fama. Ahora ya lo he superado, pero entonces todo era muy
agobiante para mí”. Y mientras tanto, en los ratos libres que le dejaban
los viajes y las actuaciones, había que preparar canciones nuevas de
cara al quinto trabajo de U2.
Para el siguiente álbum, la banda tenía
un propósito: conquistar Estados Unidos. Además, no solo Bono acababa
de descubrir el blues tradicional estadounidense, sino que The Edge
también se sintió atraído: “Yo consideraba las raíces de la música
americana como una zona para explorar, porque nuestras aproximaciones al
tema eran a través de las diluidas versiones de la FM de los años
setenta. Yo estaba vacunado contra el blues blanco. Pero durante la gira
‘The Unforgettable Fire’ descubrí la ‘radio pública’, una
extraordinaria institución de Estados Unidos. Allí escuché por primera
vez la música de Robert Johnson, Howling Wolf, Hank Williams, Lefty
Frizzell y otros cantantes y músicos pioneros de blues y country. De
pronto me di cuenta de que era el momento de tomar otro aire”.

Pero
según el guitarrista, los músicos de blues no fueron los únicos autores
estadounidenses que fascinaban a los irlandeses: “Bono había estado
leyendo a Flannery O’Connor y Truman Capote. Yo había leído a Norma
Mailer y Raymond Carver. Habíamos caído en el hechizo de América, no en
la realidad televisiva sino en el sueño, en la versión de América sobre
la que tanto hablaba Martin Luther King. El lenguaje de los escritores
americanos golpeó de forma especial a Bono. El tipo de imágenes y la
calidad cinemática del paisaje americano se convirtieron en un punto de
partida”.
Pero para Bono, aquella pasión por la cultura
estadounidense tenía una reverso que no le gustaba tanto: “Mientras
mantenía este romance con la literatura americana, al mismo tiempo me
daba cuenta de lo peligrosa que resultaba la política extranjera
estadounidense para los países de su alrededor, con la brutal presión a
los sandinistas como ejemplo. Entonces, empecé a dibujar dos Américas,
la mítica y la real. Era una época llena de avaricia en Wall Street,
botón pulsado, ganar ganar, ganar, sin lugar para los perdedores. Nueva
York estaba en quiebra. Era una dura realidad para Estados Unidos y
también para el sueño americano”. El proyecto que Bono tenía en su
cabeza lo definió provisionalmente como “The Two Americas”: “Quería
describir esa era de prosperidad, de ahorro y de escándalos con los
préstamos como una época de sequía espiritual. Empecé a pensar en el
desierto, y se me apareció una imagen exacta de dónde me encontraba; una
persona un poco descentrada en la vida emocional pero muy despierta
como escritor y comentarista de lo que veía a mi alrededor”.

Mientras
preparan el disco, la banda se lanzó a viajar en autocar por Estados
Unidos acompañados por el fotógrafo Anton Corbijn para tomar algunas
instantáneas y, según Larry Mullen Jr., descubrir la América con la que
siempre habían soñado: “Ése fue un auténtico y educativo viaje por
carretera. La América que yo había conocido hasta entonces se limitaba
al interior de los autobuses, en los viajes entre concierto y concierto,
de ciudad en ciudad. Me gustaba, pero sabía que existía otra América
fuera de todo eso. Me imaginaba la América cinematográfica, la de antes,
la del desierto, los vaqueros y todas aquellas buenas historias. (…)
Ésa fue la primera vez que descubrimos esa cara del país, los espacios
abiertos, sin restaurantes de comida rápida”. En aquel viaje la banda no
solo descubrió aquella América dibujada en el cine, también encontraron
el título para el álbum que estaban preparando, como comentó The Edge:
“Llegamos a la altura de San Francisco, donde encontramos una ciudad
fantasma llamada Bodie, y bajamos hasta Death Valley, Zabriskie Point y
un montón de otros pequeños lugares que encontramos por el camino.
Durante uno de los trayectos, nos pusimos a hablar de las plantas y le
preguntamos al conductor qué eran aquellos cactus tan extraños que
poblaban en paisaje, y él nos respondió: ‘Son árboles de Joshua’. Creo
que Bono dijo: ‘Qué nombre tan interesante. Vamos a hacernos unas
cuantas fotos con árboles de Joshua’. Fue todo muy espontáneo”.
“The
Joshua tree” fue publicado en 1987. Su primer single, ‘With Or Without
You’, sería uno de los temas más reconocibles de la banda, una pieza que
Mark Chatterton considera en su libro “U2. Más que una banda de rock”
(Ediciones Robinbook) que tiene todos los ingredientes de una canción
típica del grupo: “Un ritmo encadenado de Larry y Adam que se confunde
con la magnífica guitarra de The Edge, y una buena letra escrita por
Bono”. Para la composición de las canciones del disco, el vocalista
comenzó a tomarse más en serio la redacción de las letras: “Empecé a
darme cuenta de que las letras de los primeros cuatro álbumes no eran
realmente letras, eran esbozos. Yo no era escritor, era pintor, o
emocionador o gritador. Casi me daba miedo escribir, era muy indeciso.
(…) Con ‘The Joshua tree’ pensé que sería mejor escribir algunas letras.
Cada vez leía más, así que tomaba más conciencia de las palabras.
Desarrollé una especie de enamoramiento por los escritores y empecé a
sentirme como uno de ellos”. Muchas de las canciones se vieron influidas
por sus viajes previos. La letra de ‘Where The Streets Have No Name’
fue escrita en Etiopía y ‘Bullet The Blue Sky’ y ‘Mothers Of The
Disappeared’ estaban influidas por su visita a Nicaragua y El Salvador.
La política exterior de Ronald Reagan estaba en el punto de mira del
cantante.

El disco se convirtió en un éxito y los músicos
estaban orgullosos del trabajo realizado. Adam Clayton era consciente de
la importancia de “The Joshua Tree” para el grupo: “Sabíamos que
habíamos hecho un disco que llegaba donde no llegaban otros discos. Fue
una época emocionante”. También Larry Mullen Jr. recordó satisfecho lo
que el álbum supuso: “Visto en perspectiva, todo nos iba realmente bien,
progresábamos gradualmente, a veces muy despacio, pero siempre en la
dirección adecuada. De pronto “The Joshua Tree” llegó al número uno en
América y se mantuvo durante nueve semanas. Después ‘I Still Haven’t
Found What I’m Looking For’ también llegó. Salimos en la portada de la
revista ‘Time’. Ya no tendríamos más la necesidad de conquistar América.
De repente estás en un lado de la valla, y al momento siguiente te han
catapultado al otro lado. Era el sueño de muchos grupos; nosotros éramos
el grupo”.
Misión cumplida. U2 se había metido finalmente a Estados
Unidos en el bolsillo. Sin embargo, con todo el esfuerzo y el trabajo
que había conllevado la realización del álbum, Bono había descuidado sus
compromisos familiares: “Una de las cosas que me pasaba en aquella
época era la colisión en mi mente de dos conceptos: ¿ser fiel a mi arte o
ser fiel a mi amante? ¿Y si ambas posibilidades estaba reñidas?
Aparecía el don artístico versus la responsabilidad doméstica”. Y es que
con tanto ajetreo para la preparación del disco, el cantante había
olvidado apuntar en su agenda que el día 23 de marzo tenía un asunto
familiar. Era la fecha del cumpleaños de su esposa, Ali Hewson, con
quien contrajo matrimonio en 1982. Por supuesto, a la mujer no le hizo
ni pizca de gracia que su marido no se hubiera acordado de felicitarla.
Así que Bono, para salir airoso de la situación, en lugar de regalarle
flores o bombones con retraso, prefirió solucionarlo a su manera y
dedicarle una canción como disculpa: ‘Sweetest Thing’. El tema no se
incluyó en “The Joshua Tree”, ya que estaba alejado del concepto del
disco, y quedó relegado como cara B del tercer single del álbum, ‘Where
The Streets Have No Name’.

Sin embargo, la canción fue rescatada
en 1998 y la banda grabó una nueva versión que incluyeron en su primer
recopilatorio, “The best of 1980-1990” (1998), y que sirvió como single
para promocionar el álbum de grandes éxitos. Para que la canción fuera
todavía más dulce, el single venía acompañado de una chocolatina. Por su
parte, Alison Hewson pidió que todos los beneficios obtenidos por el
single fueran donados a la organización humanitaria Chernobyl Children’s
Project International.
La propia Alison apareció en el comienzo del
videoclip, dirigido por Kevin Godley. En él, la mujer, con rostro
escéptico, se sube a un carro tirado por caballos que recorre las calles
de Dublín. El vídeo está grabado desde la perspectiva de Ali Hewson
para comprobar hasta dónde es capaz de llegar su marido para pedirle
perdón y lograr su reconciliación. A un Bono con ojos de cordero
degollado le acompañan el resto de la banda, el grupo Boyzone, el
boxeador Steve Collins, el hermano de Bono vestido de cocinero, una
banda de música, un grupo de danza tradicional irlandesa, un par de
bomberos cachondos, marionetas, cabezudos, zancudos y hasta un elefante.
Una colección de momentos que no se sabe muy bien si causan risa o
vergüenza ajena. Cuesta creer que entre la publicación de la canción
original en 1987 y el vídeo de 1998, Ali Hewson continuara enfadada con
su marido, pero seguro que a Bono, por muy repleta que tenga su agenda,
no se le ha vuelto a olvidar esta apuntar esa fecha.
http://youtu.be/5WybiA263bw

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