Achtung Baby : La gran huella sonora.

Achtung Baby : La gran huella sonora.

 Achtung Baby : La gran huella sonora.

Es llamativo como la obra maestra de u2 -Achtung Baby- (24 años)no deja indiferente a ningún critico musical .




Ni incluso a quién detesta a la banda. Julian Ruiz

"A pesar de que han pasado sobre veinte años de su publicación, he vuelto a escucharlo y me parece vertiginoso, esencial, revolucionario, apasionado, imaginativo, atrevido, repleto de huecos sonoros, de hallazgos que no oigo ni ahora ni antes. El álbum se conserva absolutamente moderno.
Ya no sólo por la belleza de ‘One’. Es la aspereza de ‘The Fly’. La impresionante invasión sonora de ‘Even better than the real thing’, que creo que es una canción decisiva, porque era lo que intentaban Bono y The Edge tras haberse mirado mucho el ombligo en ‘Rattle and Hum’.


Fueron más alla. A pasarlo mal en las sesiones de “The Wall“, que no fueron tan buenas como nos creemos, pero que sentaron una bases maravillosas. Por ejemplo, la inolvidable ‘Zoo Station’.
U2 estaban inventando un nuevo rock, una nueva vanguardia, con electrónica, con sonidos, con samplings, con investigaciones.
Un álbum hermoso, uno de los mejores del siglo XX.
Desgraciadamente, la aventura de U2 se acabó en Berlín, poco después de haberse derribado el muro."




Para Gibson.com, ACHTUNG BABY es:

Venían de Rattle and Hum, según The Edge, el verdadero álbum "experimental" de U2, algo que muchos no entendieron y llegaron a tratarles de "imitadores" y como dijo Bono en The Point Depot les llegó el momento "de irse para volver a soñarlo todo". Ese sueño les transportó a los Hansa Studios de Berlín dónde se habían grabado dos de sus álbumes favoritos "Low" y "Heroes" de David Bowie, álbumes en los que había participado uno de los productores de Achtung Baby, Brian Eno.

Llegaron a Berlín buscando la "grandeza" pero según el propio Bono "la grandeza había abandonado el edificio", Adam Clayton comenta "tuvimos que decidir cuanto nos gustábamos... Y no estoy diciendo que se resolviera con facilidad", se avecinaban momentos duros para la banda, estaban en un punto de no retorno, no salían ni las letras, pero de repente llegó ella e hizo que todo cambiara

 

"En el momento de la grabación, me llegó un fuerte sentido de su poder", comentó Edge al periodista Neil McCormick."Todos estábamos tocando juntos en la sala de grabación grande, un enorme salón de baile misterioso lleno de fantasmas de la guerra, y todo se colocó en su sitio. Fue un momento reconfortante, todo el mundo sintió que: 'Oh que bien, este álbum ha comenzado'. Es la razón por la que estás en una banda, cuando el espíritu se apodera de ti y crea algo que realmente te afecta. 'One' es una pieza increíblemente conmovedora. Golpea directamente al corazón". 

"One" suena atípica comparada con el resto del álbum, pero fue la que inició la creatividad de U2, la banda se liberó tanto a la hora de hacer música como en la creación de letras, y llegaron canciones como "The Fly" o "Until the end of the world".

Daniel Lanois fue el principal productor del álbum y comentó acerca de este: "Cuando empecé a trabajar en Actung Baby, U2 estaban interesados en la creación de algo más contundente, de un disco con un sonido más directo. Y yo mismo también estaba cansado de pulir detalles en los discos y buscar el tipo de perfección que se ha convertido en algo común en toda la música rock en la actualidad. Así que lo que hice fue empujar el aspecto de la interpretación, a menudo hasta el punto temerario. Creo que la imprudencia musical tiene un largo recorrido en los discos. No se escucha lo suficiente".

Aunque lo más recordado sean las sesiones en los Hansa Studios, estas apenas duraron dos meses, grabándose la mayor parte del disco en una casa en el sur de Dublín, Elsinore. 

El instrumento clave en el sonido de Achtung Baby fue la guitarra de The Edge, la búsqueda de sonidos más oscuros y siniestros hizo que se alejara de su Gibson Explorer y Fender a favor de las Gibson Les Pauls, que las pasó con un VoxAC30 en canciones como "The Fly", "Until the end of the world" o "Love is Blindness". Por connotaciones como esta podemos decir que este es el disco "Edge", tal y como comenta Adam: "Cuando Edge tiene una buena racha, tiene una buena racha. Él siempre ha sido feliz siguiendo adelante. Creo que su proceso de mantenerse en marcha, a pesar de sus problemas personales, le ha permitido hacer grandes progresos, ha sido lo mejor para su carrera. Él ha hecho un enorme progreso, es un gran guitarrista". 

¿Es Achtung Baby el más coherente y consistente de todos los discos de U2? ¿Es lo mejor de U2? Probablemente lo es. El sonido duro y sus letras no sólo salvaron a la banda. Se estableció el camino para el futuro U2.

Fantástica critica :by ourgodsaredead


La vida siempre tiene momentos trascendentales. Bastan unas palabras para que nuestro cerebro, seguramente adormecido y asediado por ese mal que es la autocrítica –o el exceso de ella, en ocasiones-, se regenere y entienda que cambiar es fundamental para le evolución y supervivencia. Y así lo entendieron U2 a finales de los ochenta. Cuando salió Rattle and Hum, la carrera del cuarteto irlandés estaba siendo francamente apabullante. Consagrados como una de las bandas más importantes por aquel entonces, tomaron la determinación de virar el rumbo con este disco. ¿Cuál fue el resultado? Críticas por parte de un sector de la prensa que no entendió por qué quisieron aproximarse al Blues cuando ellos habían declarado que nunca habían sido seguidores de este estilo musical.

Que respetaban a las leyendas, por supuesto, pero que ellos eran fanáticos del Punk. Con el paso del tiempo, Rattle and Hum ha sabido ganarse un puesto entre todos los que fuimos seguidores de los U2 antiguos, más que nada, porque representaba el sinónimo del cambio: Bono entendió que aquel era el momento necesario para hacer experimentos. De todos modos, cuando vio que las críticas arreciaban, a finales de diciembre, en The Point Depot dio un discurso profético y que sumió en una profunda confusión a sus fans. En sus declaraciones, el vocalista afirmaba que lo que estaban viviendo era muy bonito, habían tocado en sitios maravillosos, conocido a gente espectacular y a ídolos que creían que no tendrían la oportunidad de ver, pero que era el momento de retirarse a soñarlo todo de nuevo. No sabían si iban a volver.






Era un grupo herido; los buenos momentos vividos parecían haber pasado a mejor vida. Y para colmo, la relación entre Bono y The Edge no pasaba por su mejor momento. Las especulaciones en torno a estos tiras y aflojas, una hipotética disolución del conjunto dublinés empezó a tomar fuerza. No daban entrevistas y sus apariciones públicas eran escasas. ¿De verdad tendrían que haber abandonado a la primera dificultad? No. Hicieron ejercicio de conciencia y pronto supieron que para trazar un camino hacia el éxito, era necesario sufrir heridas que a uno lo hagan, con el paso del tiempo, más fuerte. Con el ánimo, en cierta medida, decaído, marcharon a Berlín a trabajar en su nuevo disco. Las sesiones, coordenadas por el indisoluble dúo Brian Eno - Daniel Lanois bien recordaban a las que, en su momento, el ex-líder de Roxy Music programase para David Bowie quince años antes. Bono y sus mesnadas sabían que la clave del resurgimiento estaba, principalmente, en alejarse del muro de las tentaciones; y para ello, una Berlín reunificada y que poco a poco intentaba recuperar el dinamismo que cuarenta y cinco años de aislamiento, era fundamental; eso y que encarnaba ese espíritu bohemio de la cultura centroeuropea. 

Con Eno, la banda aprendió que la anarquía a la hora de trabajar poco y mal se avenía con el éxito; con él, en definitiva, entendieron que había que ser menos idealistas y más pragmáticos. El tiempo del Live Aid de 1985 siempre figurará en las hemerotecas, pero la música y la civilización continúan. El objetivo del productor era conseguir que dejaran de lado la americanización de su álbum anterior y recobrasen su acervo cultural europeo.

Achtung Baby, que era como se llamaba el disco, al igual que el Keep The Faith de Bon Jovi, llamaba a la unión. Pero ese mensaje de cuidado que parecían mandar los irlandeses era el de una reconstrucción de Europa que no tendría sólo que circunscribirse a la unificación alemana, no: era el momento perfecto para reivindicar un continente que aprendiese de los errores del siglo XX, y cobijando a todos los pueblos que así lo quisiesen, caminar juntos por la senda de la paz y el progreso. 

El proceso de elaboración del disco no fue fácil: a la tristeza se le había sumido un bache creativo enorme; a diferencia de muchísimas bandas o artistas que siempre encontraron en la premisa de que el arte no nace de la felicidad, ellos no encontraban una canción que les ayudase en su búsqueda e introspección. Como el propio Bono diría cuando alquilaron el estudio donde Bowie grabó su tríptico: parecía que la magia se había ido también de ese lugar. Sin embargo, no cesaron a la hora de seguir intentándolo. Y si el anterior disco era considerado un paso atrás, Achtung Baby sería el principio de la modernidad y un avance del futuro. El tiempo libre para soltar toda esa frustración y rencor que llevaban acumulado, fagocitó que, en aras, de la teoría de la conservación de la banda, cada uno supiese convivir con su soledad: tenían que comprobar por separado cuánto se gustaban y cuánto se odiaban. Ése fue el paso fundamental para conseguir el éxito.





Y eso se percibe en cada una de las canciones. Pronto uno se da cuenta que éstas ya no tienen el  sonido juvenil de antaño. El líder de la banda había aprendido a actuar. Dejó su papel de rock star humilde y cercana para convertirse, al menos cara al público, en un auténtico encantador de serpientes. Todo estaba pensado. Entrando en lo que es la naturaleza de las canciones, cada composición tenía no sólo el espíritu de esos tres personajes que encarnó en directo, sino una especie de simbología dadaísta que, entre otras cosas, buscaba la supremacía del arte mediante la ruptura con el orden establecido. Zoo Tv, Even Better Than The Real Thing o The Fly mostraban, precisamente, la conversión del vocalista en su alter ego más conocido como era, precisamente The Fly: aquel filósofo de barra de bar y el hombre que todo lo sabe; en esa mezcla entre Lou Reed, Jim Morrison, Johnny Cash y David Bowie buscaba reírse de ciertas premisas del Rock: somos guapos y eternos; la vejez no existe, hagamos lo imposible por permanecer siempre disfrutando porque la vida es sólo un instante, proclamaba. Sin embargo, si dejamos a un lado las experiencias vanguardistas de principio del siglo XX, en ese cruce de caminos que eran el descreimiento y la pérdida de la fe momentánea en los integrantes de la banda, encontramos auténticas misivas de amor y perdón: composiciones como Who´s Gonna Ride Wild Horses, Ultraviolet oLove Is Blindness eran ejercicios lúcidos de soledad y amor. ¿Qué queda en el hombre cuando una mitad muere y la otra se consume? ¿Es posible poder caminar sólo y sin el recuerdo de aquellas cosas que pudiste haber dicho y no dijiste? Ahí radicaba la filosofía de los nuevos U2: se podía ser ególatra y excesivo, megalómano y grandilocuente; todo quedaba muy bien de cara a la galería, pero el sustrato del álbum era mostrar esa faceta íntima que, rara vez el hombre, por miedo a que le hieran muestra: romanticismo, sensibilidad, empatía...







¿Y qué se puede decir de una obra maestra como One? Buscaban, ante todo, una canción que, al igual que With or Without You, demostrase que aún tenían la capacidad de perforar esa dura piedra que es el alma humana. Sus suaves acordes de guitarra, el fabuloso vídeo a cargo de un Anton Corbijn que, en aquel momento, se estaba convirtiendo en un artista ya conocido, hicieron historia. Pero dejando a un lado las interpretaciones de su letra, el mensaje de que es posible vivificar nuestra propia vida a través del amor o del perdón, por muy difícil que esto sea, es lo que ha hecho que, a día de hoy, sea inmortal. Difícil no imaginar a aquellas personas que, por nuestra estupidez y arrogancia, desidia o dejadez, dejamos que se fueran. Y ésa era la grandeza de Achtung Baby: saber combinar el cinismo del alma humana como, por ejemplo, la traición -Until The End of the World hablaba, por ejemplo de la delación de Judas a Cristo-, el amor, el perdón y luego mensajes sociales que el pensamiento contemporáneo ha suprimido como la exclusión al diferente. En una sociedad en la que, a toda costa, siempre prima el resultado y no tanto el análisis crítico, con la búsqueda del bienestar individual hemos obviado, quizás, la realidad de los sectores menos favorecidos que, a menudo sólo es reivindicada por mera conmiseración.

Si algo supo hacer U2 en aquella época es la de saber aglutinar todos los puntos de vista posibles y que nadie se quedase a merced de su propio destino; no al menos sin poder aliviar el dolor que la vida causa, muchas veces. En aquella época sí eran, para el que suscribe este artículo, la mejor banda del mundo. Pero la gira del ZOO TV, con sus tres años de duración, su más de trescientos conciertos y la arrogancia vestida con los ropajes de la grandilocuencia de las llamadas de teléfono al Vaticano, la Casa Blanca, la defensa pública de Salman Rushdieo las conexiones en directo con los periodistas para que informasen de la situación en la Guerra de los Balcanes, dieron una nueva dimensión al arena rock, sentando un peligroso precedente que antes era salvado por los grandes discos que tenían y ahora se ha concretado en ese despropósito que es la banda a día de hoy. Pero sí: para que el que suscribe este artículo, Achtung Baby es de lo mejor que le ha podido pasar a la música en los últimos treinta años.