jueves, 25 de agosto de 2011

Achtung Baby’ 20 Aniversario: Así se grabó el mejor disco de U2

Achtung Baby’ 20 Aniversario: Así se grabó el mejor disco de U2
Achtung Baby’ 20 Aniversario: Así se grabó el mejor disco de U2.-Han pasado nada más y nada menos que 20 años desde su lanzamiento. El 31 de octubre U2 reeditan su inmortal ‘Achtung Baby’ con abundante nuevo material extra.

Sin duda, se trata del trabajo más completo de los irlandeses. Probablemente, el mejor. Después de alcanzar el éxito mundial y llenar grandes estadios, la banda de Dublín necesitaba inaugurar los años noventa con un golpe de timón. Pero la grabación del disco no fue un camino de rosas. En cierto modo, es un milagro que llegase a las tiendas de discos. Esta es la historia de la grabación del álbum que salvó la carrera de U2.

Tres años antes del lanzamiento de ‘Achtung Baby’, el último álbum del grupo, ‘Rattle and Hum’, había sido duramente criticado por la prensa especializada, que los acusaba de ser una panda de pretenciosos sin remedio. No obstante, U2 eran una banda con enorme popularidad, una banda mastodóntica, y su denostado disco gozó del favor del público. Pero, a pesar de lograr despachar 14 millones de copias, los miembros del grupo sabían que, en el fondo, esos periodistas cabrones tenían algo de razón. Estaban perdiendo fuelle creativo; gozaban del favor del público pero necesitaban recorrer un nuevo camino. U2 se estaban aburriendo de ser U2, de tocar sus grandes éxitos una y otra vez, como una banda envejecida antes de tiempo.



La banda se tomó un respiro. Querían contraatacar con un trabajo contundente, con un puño encima de la mesa que pusiera las cosas en su sitio. Dicho de otro modo: querían reinventarse y dar un giro de 180 grados a su carrera. Así que, una de las primeras cosas que hicieron antes de pisar los estudios, fue llamar a los productores Daniel Lanois y Brian Eno. Necesitaban ayuda.Eso de reinventarse no se hace todos los días, a no ser que te llames David Bowie. Los nuevos U2 tenían que sonar enérgicos, renovados, sin nostalgia retro. La banda irlandesa viajó hasta Berlín en un intento de buscar inspiración en una Europa en pleno cambio y, de paso, alejarse de la vida casera (que, como todo el mundo sabe, es incompatible con el rock’n’roll).

La grabación comenzó en los estudios Hansa en octubre de 1990, un año después de la caída del muro. Pronto empezaron a surgir los problemas. Las discusiones entre unos y otros afloraron mientras intentaban decidir la deriva musical del grupo. Berlín no estaba siendo el punto de inflexión que esperaban. Aquella ciudad estaba resultando ser un sitio demasiado deprimente para componer el disco enérgico y optimista que buscaban –alguien debería haberles avisado de que grabar en un antiguo cuartel de las SS no tenía tanta gracia



Estuvieron varias semanas sin lograr aparentemente avances significativos. Cada uno iba, como hay quien dice, a su rollo. Bono y el guitarrista The Edge intentaban ampliar horizontes escuchando nuevos estilos. Escuchaban cosas como música electrónica ante la estupefacción del resto de sus compañeros. A ellos, por su parte, les iba el material de toda la vida. El batería Mullen abrazaba el siempre recurrente rock clásico de finales de los sesenta y Clayton era el más reticente a los cambios. Terreno abonado para la confrontación artística. Eran dos bandos enfrentados; uno experimental, el otro, conservador. Clayton y Mullen no entendían por qué demonios sus compañeros estaban trabajando en esos sonidos tan inmediatos, tan “de usar y tirar”.Antes de este disco, las diferentes sensibilidades de los miembros de U2 siempre habían llegado a consenso. Ahora era diferente y las tensiones internas iban a más. Bono y Lanois, que ejercía de productor principal a diferencia del intermitente Brian Eno, mantuvieron una acalorada discusión y, según las malas lenguas, casi llegan a las manos. Sobre el ambiente flotaba la sensación de una ruptura inminente.

Por suerte, Brian Eno apareció en escena para poner un poco de orden. Su papel era sencillo: tirar a la basura todo aquello que sonase demasiado a U2. Hizo ver al grupo y al resto del equipo que el disco iba por buen camino. Increíble pero cierto. A pesar de todo, estaban avanzando. Por fin llegaron a un punto de encuentro cuando profundizaron en la composición de ‘One’. Aquella canción que hablaba de hermandad y amor, acabaría por convertirse de forma instantánea en una de las baladas más famosas de la historia del rock.


Después de su experiencia en los estudios berlineses, U2 regresaron a Dublín con fuerzas renovadas para terminar de perfilar las ideas del disco. Las musas volvieron a bendecir al grupo. No sólo en el terreno estrictamente musical, sino también en la puesta en escena. ‘The Fly’, una de las canciones que terminaron de arreglar en la capital irlandesa, serviría de inspiración a Bono en la creación de su alter ego encima de los escenarios. Sin embargo, el exceso de confianza superó al grupo, que empezó a engordar y sobreproducir las pistas del álbum. De nuevo, Brian Eno apareció en escena para devolver la producción a la senda correcta. A continuación, recetó al grupo un par de semanas de vacaciones antes de acabar de grabar el álbum.

Al regresar, U2 consiguieron terminar su séptimo disco de estudio y uno de los álbumes clave de la década. ‘Achtung Baby’, lanzado el 19 de noviembre de 1991 por la discográfica Island Records, nos muestra una banda con energías renovadas que acaricia el rock alternativo con pinceladas de música electrónica. Bono describiría el sonido de aquellas canciones como “cuatro hombres talando The Josua Tree”. Y no es para menos. Las guitarras de The Edge ya no sonaban cristalinas y delicadas. Ahora eran como una bofetada de rock fresco en la cara. De rebote, la banda de Dublín sustituyó su imagen sobria por una más desenfadada. ‘Achtung Baby‘ sentaría las bases en la identidad del grupo durante los años noventa. Inevitablemente, la crítica se reconcilió con el grupo. Los mismos que los habían dado prácticamente por muertos pocos años antes, se pusieron a sus pies nada más escuchar el primer track del disco y sonar los primeros acordes de ‘Even Better Than the Real Thing’.

Habían logrado su esperado giro de 180 grados. Habían nacido unos nuevos U2.


DAVID LITTLE
ThrillerWebzine.com

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